¿Cómo retrasar el envejecimiento de la piel?
Las manifestaciones de los primeros signos del envejecimiento aparecen alrededor de los 25 años con la presencia de finas líneas de expresión, que más tarde se convierten en arrugas y serán acompañadas por otros signos como la falta de volumen, elasticidad y el tono irregular de la piel. Aunque el envejecimiento cutáneo se da de manera inevitable en cada persona, por medio de una acción integral de cuidados preventivos, es posible retrasar visiblemente este proceso. En este caso, con el fin de evitar al máximo las marcas de la edad en nuestra piel es necesario, en primer lugar, tener en claro los tipos de factores que intervienen en este proceso.
El envejecimiento de la piel no sólo obedece a una causa sino más bien a un conjunto de factores que tienen lugar tanto interna como externamente; entre las causas internas se destaca la genética, esta desempeña un rol clave que indica la manera en que envejecerá la piel; en este caso, la raza y el tipo de piel son dos factores que marcarán la velocidad de envejecimiento en una persona. En cuanto a los factores externos, al parecer este proceso se debe a una causa común llamada estrés oxidativo, debido a esta todos envejecemos a razón de una acumulación de daños ocasionados por los radicales libres durante el trasncurso de la vida. De esta manera, el sol, los agentes contaminantes del medio circundante, los hábitos malsanos como el exceso de cigarrillo, el alcohol, un aporte deficiente de nutrientes provenientes de la dieta y constantes descuidos en el cuidado de la piel, serían los factores más determinantes a la hora de envejecer y por lo tanto que marcaría grandes diferencias entre una y otra persona de la misma edad.
Así pues, para reducir los signos de la edad en nuestra piel, es necesario brindar cuidados preventivos desde distintos frentes, y en cada una de las etapas de nuestra vida. Primero que todo, uno de los más destacados tendría que ver con el estilo de vida, en donde entrarían aspectos como la buena alimentación. Una dieta saludable rica en frutas, verduras y agua sería clave para asegurar la ingesta de antioxidantes que colaboren con limitar los efectos nocivos de los radicales libres y combatir la sequedad, excluyendo hábitos nocivos como el tabaco o el alcohol, ya que apresuran todos los procesos de envejecimiento de la piel. Asimismo, el siguiente factor serían los cuidados diarios, en este caso, la protección solar, constituye el paso más importante en la prevención de los signos del envejecimiento; la limpieza diaria para mantener la luminosidad de la piel y limitar los posibles desencadenantes del estrés oxidativo; la hidratación, el gesto que mantiene el equilibrio y los niveles óptimos de agua en la piel y aquellos cuidados específicos en los momentos que lo requiera la piel con activos como el ácido hialurónico, el retinol, la vitamina C, los alfahidroxiácidos y la coenzima Q10.