La vejez es un proceso biológico por el cual todos debemos pasar y por su puesto nuestro cabello tampoco resulta ajeno al paso del tiempo; aunque dicho proceso no es reversible o inevitable, los cuidados rutinarios y la disminución en los excesos puede minimizar sus daños.

Cuando envejecemos nuestro cuerpo empieza a producir menos lípidos y proteínas, al igual que colágeno y keratina, causando la pérdida de la vitalidad capilar, lo que se traduce en menor volumen y alteraciones en textura, color, ritmo de crecimiento y por su puesto mayor caída. Sin embargo, los síntomas más preocupantes, por ser los más notorios, son las canas debido a la disminución en la producción de melanina, sumados a factores externos, que provienen muy seguramente de los constantes desmanes, como peinados repetitivos, tratamientos químicos, tintes, secador, plancha, etc,.

El envejecimiento capilar, al igual que el de la piel y otros órganos de nuestro cuerpo, aunque parezca surgir repentinamente, es un proceso normal que se están gestando silenciosamente y que con el trascurrir de los años, podemos evidenciar. 

A los 20: Este es uno de los mejores momentos del cabello, pues su brillo y vitalidad están en su máximo esplendor; sin embargo, esto no significa pasar por alto sus cuidados, ya que es necesario seguir una rutina de nutrición para que su equilibrio no sea alterado. asimismo, es necesario evitar abusar de tratamientos químicos agresivos o instrumentos de calor como la plancha o el secador.

A los 30: A esta edad los folículos pilosos producen menos melanina, por lo que muchas personas pueden evidenciar cómo su cabello comienza a encanecerse. De igual manera, puede también evidenciarse pérdida de volumen.

A los 40: El cabello en esta edad sufre cambios en su grosor, que pueden ir acompañados de pérdida capilar. Lógicamente se incrementa el número de canas y muchos pueden notar que su cabello esta más rebelde y eléctrico.

A los 50: En esta edad los signos del envejecimiento pueden agudizarse, la fibra se aplana, perdiendo su forma esférica inicial, además de percibirse un cuero cabelludo más seco, debido al descenso en la producción de lípidos”; se estima que el cabello ya posee un 50% de canas, además de experimentarse mayor pérdida capilar.