¿Por qué tengo la piel sensible y cómo la cuido?
La piel sensible se puede reconocer por diversos síntomas según el grado de severidad, por ejemplo, puede manifestar rojeces y picores, tirantez, sensaciones de ardor o calor e incluso sensación de quemazón. Si padeces de piel sensible, lo mejor será que hagas cambios en tu rutina diaria de higiene y cuidados. ¡Sigue nuestros consejos!:
Hidratar: Es fundamental mantener las pieles sensibles hidratadas, ya que esto permite proteger la piel de las agresiones externas; recuerda hacerlo en la mañana, en la noche y después de cada baño. Para pieles sensibles y con tendencia a rojeces te sugerimos Sensibio AR de Bioderma.
Proteger del sol: La exposición al sol es una de las principales causas de la sensibilidad cutánea, por lo que debes usar un protector solar en cualquier temporada del año. Te sugerimos Crema solar SPF 50+ de Avène para pieles sensibles y secas.
Emplear productos y cosméticos adaptados a la piel sensible: Es necesario que pongas especial cuidado a los productos que empleas, así que recuerda priorizar aquellos sin conservantes sin perfumes y sin agentes surfactantes, que respeten la fragilidad de la piel; hoy en día, en el mercado encuentras una variedad de productos dermocosméticos indicados para cada tipo de piel. Marcas como Avène, Boderma, Uriage, La Roche Posay, entre otras poseen líneas de producto especialmente diseñadas para las pieles más sensibles y reactivas.
Mantener una rutina diaria de limpieza: La higiene de las pieles sensibles debe realizarse tanto en la mañana como en la noche con productos específicos, de preferencia que no se enjuaguen, que no contengan perfume ni conservantes, ni tampoco tensoactivos, evitando siempre los movimientos bruscos y agresivos.
Reducir el tiempo en la ducha: Evita baños largos y muy calientes, ya que estas temperaturas podrían irritar aún más la piel y deshidratarla. En lo posible, usa agua templada para el cuerpo y agua fría para lavar el rostro.
Controlar el estrés y reducir el cansancio: Las pieles sensibles reaccionan aún más cuando son sometidas a momentos de estrés o cuando no han descansado lo suficiente; combate estas situaciones con ejercicios de relajación y busca pequeños espacios durante el día, en que puedas liberarte de las cargas.
Consumir una dieta sana: Bebe abundante agua e incluye alimentos ricos en antioxidantes, como las zanahorias y los limones al igual que ácidos grasos saludables como las almendras y el aguacate y alimentos ricos en zinc como las nueces y los champiñones para combatir las rojeces; además, limita el consumo de alimentos ácidos como carne, tomate, harina refinada, condimentos como la mostaza y el vinagre y aquellas bebidas con cafeína. Recuerda que al mantener un pH ligeramente alcalino favoreces la belleza de tu piel, libre de reacciones.